Ser
maestro es sin dudas la profesión más importante que pueda existir, sin maestros
no habría médicos, enfermeras, ingenieros, arquitectos, psicólogos, teólogos,
abogados, geólogos, antropólogos, veterinarios y cualquier otra persona
dedicada a otra profesión.
Mis amados
maestros, hoy todo el mundo ha de reconocer que los maestros son necesarios e
imprescindibles en la formación de los niños.
Un maestro escucha a quien nadie escucha, es amable y benévolo
con el chico desorientado. Un maestro y me refiero también al género femenino,
porque nuestro idioma todavía mantiene viva la regla para generalizar que no
hace diferencia entre hombre y mujer por lo cual me refiero a maestro y
maestra. Ustedes son el alma de la educación porque son objeto y sujeto de
estudio, ya que a pesar de enseñar aprendes todos los días, a ser como niños, a
reír, a cantar, también a llorar, a reinventar, a tener capacidad de asombro.
Por todo eso... y por mucho más... Feliz día Maestros.
Ustedes hacen parte de mi vida, me hacen sentir
plena como coordinadora a su servicio y el de la comunidad, ustedes son
excepcionales, cada uno en su particularidad es un pequeño cosmos lleno de
sorpresas, de actitudes significativas, no los cambio por nada juntos hacen un
trabajo loable porque saben sortear cada dificultad con la frente en alto.
Dios les siga
dando sabiduría para continuar con esta carrera llena de muchas satisfacciones,
más alegrías que tristezas, que cada paso que den Jesucristo vaya de la mano de
cada uno.
Un abrazo grande desde la distancia.
Atentamente,
Blanca Elena Sierra Anillo
Coordinadora